DOMINGO DE RAMOS
24 MARZO 2.013
EVANGELIO Lc 22, 7.14—23,56
Jesús murió amando. Desde la cruz sólo se escuchan los insultos de unos y los gritos de dolor de los crucificados. Uno de ellos le dice a Jesús: "Acuérdate de mí". Jesús le responde: "Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso". Siempre ha hecho lo mismo: quitar miedos, infundir confianza en Dios, contagiar esperanza. Así lo siguió haciendo hasta el final.
Y mientras lo están clavando al madero los soldados, se dirige a su Padre: "perdónalos, no saben lo que están haciendo". Así es Jesús. Ofreciendo perdón sin que nos lo merezcamos, incluso hasta los que lo rechazan. Así está Dios en la cruz: no acusando al mundo de sus pecados, sino ofreciendo perdón. ESTO ES LO QUE CELEBRAMOS ESTA SEMANA.
El mundo está lleno de personas que sufren, crucificados por la desgracia, las injusticias y el olvido, enfermos sin cuidados, mujeres maltratadas, ancianos ignorados, emigrantes sin papeles ni futuro.... hambre y miseria.
Esa cruz, levantada entre nuestras cruces, nos recuerdan que DIOS SUFRE CON NOSOTROS. A Dios le duele el hambre, sufre con los asesinados y torturados, llora con las mujeres maltratadas, con los ignorados, condenados y encarcelados... Sabemos que Dios sufre con nosotros y eso lo cambia todo.
¿Qué sentido tiene llevar una cruz en nuestro pecho, si no sabemos cargar con la más pequeña cruz de tantas personas que sufren junto a nosotros, si no sabemos ver el rostro del sufrimiento, el ostracismo, el exilio, la soledad, el dolor... de tantos hijos de Dios?
¿Qué significan tantos besos al Jesús Crucificado, si no despiertan en nosotros el cariño, la acogida, la ternura, la entrega, el compromiso, el acercamiento a quienes vemos crucificados?
Menos mal que Jesús crucificado desenmascara nuestras mentiras y cobardías tarde o temprano. Desde el silencio de la cruz, Él es el juez más firme y manso del aburguesamiento de nuestra fe, de nuestra indiferencia ante los crucificados que nos rodean. Para adorar el misterio de un DIOS CRUCIFICADO, no basta celebrar la Semana Santa. Es necesario, además, acercarnos a los crucificados, pero semana tras semana, no sólo esta Semana con tanta "piedad" y con los "ojos en blanco" mirando al cielo.
Recordemos que los que hoy reciben a Jesús con vítores, palmas, entusiasmo y aplausos; dentro de cinco, los mismos le crucificarán. La historia se sigue repitiendo hoy en día. Así somos de poca cosa.
Recordemos que los que hoy reciben a Jesús con vítores, palmas, entusiasmo y aplausos; dentro de cinco, los mismos le crucificarán. La historia se sigue repitiendo hoy en día. Así somos de poca cosa.
En este Dios se puede creer o no creer, pero nadie se puede burlar de Él. Porque es un Dios que sufre con los que sufren, que grita y protesta con las víctimas. No basta con ser piadosos, es necesario, además, tener.......................... COM-PASIÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario