martes, 16 de julio de 2013

LA PALABRA DE DIOS


DOMINGO XVI
21 JULIO 2013
Lc.. 10, 38-42


En este vivir agitado que llevamos, hasta nuestro descanso es, con frecuencia, alocado. Es un descanso que no nos descansa. El pasaje evangélico de hoy es una invitación a encontrarnos, mediante el silencio, la oración contemplativa y la convivencia sosegada, con nosotros mismos, con el Señor Jesús y con nuestros prójimos.
¿Qué nos pide el Señor con esta palabra que ha pronunciado para nosotros? ¿Aumentar, quizá, nuestra cuota de oración cada día? ¿Nos pide, quizás, una convivencia más intensa con la familia, con los amigos, con los compañeros del grupo cristiano? Porque vivenciar la actitud de María a los pies de Jesús significa también realizar el diálogo familiar o de amigos, gozar contemplativamente de la naturaleza, destinar tiempo a la lectura formativa.
Podemos estar como María a los pies del Señor acogiendo avaramente sus palabras. Basta coger entre las manos un
Nuevo Testamento y meditar la Palabra. He aquí un privilegio del que no nos deberíamos privar, como se privaba la pobre
Marta desbordada en su actividad. Jesús le dice cariñosamente: "Marta, tu hermana María ha escogido lo mejor".
Decía expresivamente Pablo VI: "El hombre moderno ha salido de su casa, ha perdido la llave y no es capaz de retornar a ella". Esa llave, naturalmente, es la de la intimidad.
María salió, sin duda, reanimada de aquel encuentro con el Señor. Hoy muchos cristianos confiesan que, como María,
encuentran la paz a los pies del Señor.

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