lunes, 17 de febrero de 2014

LA PALABRA DE DIOS



DOMINGO VIII TIEMPO ORDINARIO
2 MARZO 2014
Mt 6, 24-34



Dios nos ama a todos, y si cuida de las aves mucho más cuidará de cada uno de nosotros; pero a las aves Dios no les pone el alimento en el pico: las aves tienen que esforzarse para conseguirlo. Pues bien, nosotros tenemos que esforzarnos trabajando como si todo dependiera de nosotros, pero confiando en Dios como si todo dependiera de Él. Sin la ayuda de Dios todos nuestros esfuerzos serían inútiles. Incluso ni siquiera podríamos hacer esfuerzos.
Dios nos ama; por eso en la Biblia nos dice: ¿Podrá una madre abandonar al hijo de sus entrañas? Pues aunque lo abandone, yo no te abandonaré; eres precioso a mis ojos y te quiero. Te llevo dibujado para siempre en la piel de mis manos.
Fijaos en este detalle: no dice que nos lleva dibujados en su cara; no. Nuestra cara no la vemos constantemente; nos tenemos que valer de un espejo. Son las manos las que vemos constantemente. Dios, pues, al decirnos, que nos lleva dibujados en la piel de sus manos quiere decirnos que constantemente nos está mirando con amor.
Dios nos ama, seamos como seamos; aunque seamos muy malos y no cambiemos.
Reparad en el amor de una madre por su hijo. La madre no le ama porque sea bueno, sino porque es su hijo. Claro que desea que sea bueno y cada vez mejor. La madre de un criminal querría que su hijo se apartara del mal camino, pero como es madre no deja de amarle. Jamás dirá: Deja de ser un criminal y te querré. Lo que dirá es: Odio tus crímenes, pero a pesar de todo sigo queriéndote con toda mi alma, porque eres mi hijo.
Algo parecido pasa con Dios. Dios ama a sus hijos pecadores, pero odia el pecado porque el pecado es egoísmo y al egoísmo se debe la mayoría de los sufrimientos que hay en el mundo.
Un seminarista que en Bangla Desh luchaba contra el hambre de los nativos decía lo siguiente: «He comprobado que el mayor mal que hay en el mundo no es que un hombre muera de hambre. Por supuesto que esa es una muerte horrible, pero supongo que la gente muere de muertes igualmente horribles en países ricos, donde hay tanto cáncer y donde la medicina moderna es incapaz de acabar con el dolor. No. Lo verdaderamente trágico no es el dolor de morir de hambre, sino la indiferencia de quienes, pudiendo ayudar a sus hermanos que mueren de hambre, no lo hacen».
hermanos: el pecado, que al fin y al cabo es egoísmo, es la causa de la mayoría de los males que sufre la humanidad. No seamos, pues, egoístas. Busquemos antes que nada el reino de Dios.

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