martes, 21 de octubre de 2014

LA PALABRA DE DIOS


FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
2 DE NOVIEMBRE 2014






Evangelio según San Mateo 5,1-12a. 
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. 
Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: 
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. 
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia. 
Felices los afligidos, porque serán consolados. 
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. 
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. 
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. 
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. 
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. 
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron." 
Queremos una parroquia que se preocupe de los muertos; pero, por favor, queremos una parroquia que se preocupe más de los vivos que de los muertos.
Un escritor escribía lo siguiente: Esta mañana he recibido esta terrible noticia: «Eduardo ha muerto». Eduardo era amigo mío y se ha suicidado. Eduardo, mi querido amigo, ¿por qué lo has hecho? ¡Quién lo sabe! ¿Tal vez porque te faltó una verdadera amistad, la que hace que el peso que se lleva a cuestas resulta menos pesado porque otros lo llevan contigo?
Voy a ir al entierro. Eduardo, estoy seguro de que nunca habrías imaginado la décima parte de las alabanzas que vamos a darte ahora. Seguramente con la mitad o la cuarta parte de esas alabanzas, si te las hubiéramos dado en vida, no te hubieras suicidado porque te darías cuenta de lo importante que eras tú en la vida.
Eduardo, hoy he hecho casi doscientos kilómetros para pasar la tarde contigo, cuando estabas muerto; pero cuando estabas vivo, yo nunca hice unos cuantos kilómetros para pasar la tarde contigo. ¿Por qué la amistad sólo se expresa ante un cadáver y no ante un rostro de carne y hueso que vive, mira y espera? Eduardo, te prometo que en adelante me voy a preocupar más de los vivos que de los muertos.
Hermanos, una parroquia que celebra la esperanza en Cristo con la misa, cuando un miembro de la comunidad se muere, debe aprender a preocuparse de los vivos. Dejadme que grite: No esperes a que la gente se muera para quererla. A veces las muestras de cariño se las damos después de que se ha muerto. A veces llenamos las carrozas de flores; y cuando esa persona estaba viva, nunca o casi nunca le hemos regalado una flor; aunque lo más importante no son las flores.
Un maestro les preguntó a sus discípulos si sabrían decir cuándo acaba la noche y empieza el día. Uno de ellos dijo:
-Cuando ves un animal a distancia y puedes distinguir si es una vaca o un caballo.

-No -dijo el maestro.
-Cuando a lo lejos puedes distinguir una oveja de una cabra -dijo otro discípulo.
-Tampoco es así -contestó el maestro.
-Entonces, ¿cuándo, maestro? -preguntaron los discípulos.

Contestó el maestro: cuando miras a un hombre o a una mujer al rostro y reconoces en él a tu hermano, cuando miras a la cara a una mujer y reconoces en ella a tu hermana y vives en conformidad con ese descubrimiento, entonces se ha acabado la noche y nace el día.
Hermanos, para el que reconoce a los demás como hermanos y vive en conformidad con este descubrimiento ha amanecido para él. Ya no anda en la oscuridad, porque sigue a Jesús. Y Jesús ha dicho: Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad.
Tengamos presentes estas palabras de Cristo y no esperemos a que la gente se muera para quererla.

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