lunes, 29 de septiembre de 2014

LA PALABRA DE DIOS





DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO
5 OCTUBRE 2014



+ Lectura del santo evangelio según San Mateo
En aquel tiempo dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo: “escuchad otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para recibir los frutos que les correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a  otro la apalearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su Hijo diciéndose: “Tendrán respeto a mi Hijo”. Pero los labradores, al ver al Hijo se dijeron: “Este es el heredero: venid, lo matamos y nos quedamos con su herencia.” Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? Le contestaron: ‘Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.” Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”? . Por eso os digo que se os quitará a vosotros el Reino de los Cielos y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.”
Esta parábola, por ejemplo, está reflejando perfectamente nuestra vida y nuestra actitud cristiana. La viña es el mundo, el Reino de Dios, y nosotros somos esos labradores.
Yo no sé en qué nos hemos podido basar los cristianos durante mucho tiempo para creernos mejores que los demás. ¿Será por asistir a Misa? ¿Por estar bautizados? ¿Por rezar? ¿Por creer en Dios?.. Si nuestra fe sólo se reduce a eso, si los frutos que está dando nuestra fe son sólo esos, no estamos haciendo gran cosa para que este mundo nuestro sea de verdad el Reino querido por Dios para todos los hombres.  El culto y la alabanza que Dios quiere es que los hombres y las mujeres, todos, seamos solidarios, vivamos unidos y comprometidos en construir aquí un mundo más justo: donde nadie se sienta despreciado, ni nadie pase necesidad…
Y, ya estamos viendo qué clase de sociedad y qué clase de pueblo estamos haciendo entre todos: todo lo contrario de lo que Dios tiene planeado.
A Dios le pasa lo que aquel amigo con su viña…que fue a coger uvas y se encontró con agrazones…
Nuestro amor a Dios se mide y se valora por el amor a los demás…En esto conocerán que sois discípulos míos…
Los cristianos, los malos cristianos, los cristianos egoístas…son los mayores enemigos del cristianismo.
“Si Dios existe, tiene que ser como tú”, le dijo un anciano, pobre y ateo, a Abbé Pierre, después de haberle ayudado a conseguir ladrillos y a arreglar su chabola después de una ventolera que se la destrozó.
“En su mano beso la mano de Dios que cuida de mí”, decía un anciano moribundo a una Misionera de la Caridad que le ayudaba a bien morir.
El cristiano verdadero es el que se muestra siempre en la vida como buen samaritano…siempre inclinado sobre el malherido, el que sufre, el que se encuentra solo, el pobre.
Me impresionó en mis primeros años de sacerdote el símil del P. Lombardi: “Se reúnen unas cuantas vecinas para recibir clases de labores. Después de un tiempo, deciden reunirse para comer juntas un pollo asado. Aquel pollo asado es el comienzo de una gran amistad. Los cristianos compartimos todos los domingos el Cuerpo y la Sangre del Señor y seguimos tan alejados los unos de los otros como si nunca hubiéramos comido juntos…
Nuestro verdadero culto no se lo damos a Dios aquí en la
Iglesia, sino en la vida de cada día. Resultan altamente sospechosas las Eucaristías, a veces diarias, de tantas personas que, a pesar de celebrar juntos durante años y años el sacramento del amor y de la fraternidad…sigan tan alejados psicológicamente y hasta físicamente unos de otros… ¿qué frutos producen?..
Frutos de amor a los demás es lo que el Señor espera recoger de los labradores a quienes a arrendado la viña, de nosotros…

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