V DOMINGO TIEMPO ORDINARIO
8 FEBRERO 2015
+ Lectura del santo Evangelio según San Marcos
Llegó Jesús a Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: El Santo de Dios.” Jesús lo increpó: «Cállate y sal de él.» El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.» Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Hay un periodista que viaja habitualmente a un pueblo de África y disfruta enterándose de las pequeñas cosas que suceden en la vida de las gentes del poblado. En una de sus visitas descubrió un montón de televisores almacenados en una choza a las afueras del pueblo. Desconcertado, todos estaban aún sin estrenar, se fue a conversar con el jefe del pueblo. ¿Por qué la gente del pueblo no ve la televisión?, le preguntó. Y el jefe del pueblo le contestó: “Nosotros tenemos nuestro propio contador de historias.” Eso está muy bien pero la televisión puede contarles miles de historias, le dijo el periodista. “Es verdad, le dijo el jefe, pero nuestro contador de historias nos conoce a cada uno de nosotros”. Esta es la clave “nuestro contador de historias nos conoce”. Así puede contarles no la historia que desearían oír, sino la que necesitan cada día. Puede darles la mejor medicina para el sufrimiento y el mejor consejo para cada decisión que han de tomar. ¿Es la televisión nuestro único contador de historias? Para muchos, desgraciadamente, es el único. Para nosotros los que nos reunimos aquí los domingos, tenemos otro contador de historias, otro maestro, otro médico. Jesús es nuestro contador de historias. Nos conoce. Tiene autoridad. Nos ama. Está siempre disponible. Viene a nuestra iglesia el domingo y nos enseña. En la historia de hoy vemos a Jesús en la sinagoga enseñando con autoridad y actuando con poder. Había mucha gente en la iglesia aquella mañana. Nadie sabía que uno de ellos albergaba un espíritu malo. Pero Jesús que los conocía a todos, sabía que uno de ellos necesitaba sanación. Reprendió al espíritu malo y le dijo: “Cállate. Sal de él”. La gente reunida en la iglesia no entendían ni palabra y se preguntaban: “Qué es esto? Cuando Jesús es nuestro contador de historias, Dios se hace presente y Dios nos trabaja a cada uno con su poder. Suponed que yo digo: aquí y ahora, en medio de nosotros hay una persona que tiene un espíritu malo… Yo no puedo escanear vuestros corazones, pero si puedo escanear el mío y ver lo que hay dentro de él… Sólo Jesús conoce las zonas oscuras que hay en nuestros corazones: avaricia, odio, indiferencia, pereza, lujuria, crítica… Sí muchos espíritus oscuros viven dentro de nosotros. Y Jesús nos dice: Cállate. Sal fuera. Estoy aquí para sanarte, para liberarte. Tengo autoridad y poder y tú tendrás el mismo poder si vas entrando en una relación cada vez más profunda con mi Padre y tu Padre Dios. Invitación a profundizar en nuestra fe a través de la oración y la escucha de nuestro contador de historias: Jesucristo. Hay ciertas vocaciones que cada día tienen menos candidatos. La vocación de sacerdote, contador de la historia de Jesús. La vocación de maestro. Dicen que Nueva York, en los próximos diez años, tendrá que buscar 50.000 maestros. Para nosotros los cristianos, Jesús es el Maestro. Un Maestro que no sólo habla de Dios sino que habla como Dios. Y habla con la autoridad de Dios porque está en comunión con El. A ti ¿Te gusta sentarte en su escuela y escucharle?
No hay comentarios:
Publicar un comentario