lunes, 30 de enero de 2017

LA PALABRA DE DIOS

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DOMINGO VI TIEMPO ORDINARIO
12 FEBRERO 2017


+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: (No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos.) Pero quien los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los cielos.
Os lo aseguro: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos :no matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. [y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.]
Habéis oído el mandamiento: «No cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola ya ha sido adúltero con ella en su interior. [Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el abismo. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al abismo.
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio». Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer -excepto en caso de prostitución- la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.]
Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor». Pues yo os digo que no juréis en absoluto: [ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo]. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.


¡Pero yo os digo!
“Antes se os dijo, pero yo os digo”. Una afirmación de gran actualidad para cuantos vivimos hoy ese relativismo de la vida y de la verdad. Jesús hacía relación al Antiguo Testamento y la novedad del Nuevo. Pero que nosotros pudiéramos traducirlo hoy: “El mundo os dice, pero yo os digo”.
El mundo os dice: “hay que sacarle jugo a la vida”. Pero yo os digo: “sed vida”.
El mundo os dice: “Joven, disfruta de la vida mientras puedas”. Pero yo os digo: “Jóvenes no hagáis caso a quienes os quiere achatar con la vulgaridad”.
El mundo os dice: “sube a cómo sea de lugar”. Pero yo os digo: “yo estoy con los de abajo”.
El mundo os dice: “el poder es lo que vale”. Pero yo os digo: “que el poder corrompe y crea divisiones”.
El mundo os dice: “Aprovéchate del que puedas”. Pero yo os digo: “sólo el servicio hace más humanos a los hombres”.
El mundo os dice: “Dios es un aguafiestas”. Pero yo os digo: “Dios es la fiesta de la vida”.
El mundo os dice: “En política todo vale”. Pero yo os digo: “la política sin la verdad no vale”.
El mundo os dice: “Disfrutemos de la vida que es la única que tenemos”. Pero yo os digo: “Sólo la vida eterna será la plenitud de la felicidad”.
El mundo os dice: “Todo el mundo miente”. Pero yo os digo: “Vivid en la verdad”.
El mundo os dice: “Tú pásalo bien y olvídate del resto”. Pero yo os digo: “Sólo quien se preocupa del necesitado tendrá la vida”.
El mundo os dice: “El placer es lo que vale”. Pero yo os digo: “Mi gozo os dejo, no como el que da el mundo”.
El mundo os dice: “Dios es un ídolo inventado por la religión”. Pero yo os digo: “Los verdaderos ídolos son el poder, la riqueza y el éxito”.
El mundo os dice: “Los viejos son un estorbo”. Pero yo os digo: “Los viejos son también hijos de Dios”.
El mundo os dice: “La Iglesia está desfasada y anticuada”. Pero yo os digo: “La Iglesia con todas sus debilidades es mi Iglesia y mi sacramento de salvación”.
El mundo os dice: “La fe es de los ignorantes”. Pero yo os digo: “La fe es un don que Dios concede a los débiles y pequeños”.
El mundo os dice: “El importante soy yo”. Pero yo os digo: “Los más importantes son los otros, sobre todo los débiles”.
El mundo os dice: “Enriquécete aunque sea robando a los indefensos, pagándoles menos de lo que es justo”. Pero yo os digo: “La riqueza que robas a tu hermano pertenece a los pobres”.
El mundo os dice: “Si encuentras algo mejor, pide el divorcio”. Pero yo os digo: “El matrimonio es un amor indisoluble”.
El mundo os dice: “Ya no existe el pecado”. Pero yo os digo: “Que el pecado te destruye y te impide ser lo que Dios quiere de ti”.
El mundo os dice: “A los emigrantes hay que echarlos fuera, porque estorban”. Pero yo os digo: “Yo también fui emigrante y sé lo que es vivir fuera de su propia tierra”.
El mundo os dice: “Hay guerras buenas y justificadas”. Pero yo os digo: “Toda guerra es mala”.
El mundo os dice: “Eres libre, haz lo que quieras”. Pero yo os digo: “La verdadera libertad es responsabilidad en la verdad”.
El mundo os dice: “El sexo es para disfrutarlo”. Pero yo os digo: “El sexo es un diálogo de amor y de generosa entrega al otro”.
El mundo os dice: “El no nacido no tiene derecho a la vida, se le puede abortar”. Pero yo os digo: “alguna vez tú y yo fuimos unos concebidos no nacidos y alguien nos respetó nuestro derecho a nacer”.
El mundo os dice: “La infidelidad es una canita al aire”. Pero yo os digo: “La infidelidad es una traición al amor porque obliga a vivir en el engaño y la mentira”.
El mundo os dice: “Lo importante es que el otro no se entere”. Pero yo os digo: “podrás traicionar tu conciencia pero no suprimirla”.
El mundo os dice: “Sé como todos y no llames la atención”. Pero yo os digo: “No seas menos de lo que puedes ser”.
El mundo os dice: “El perdón es de los débiles y cobardes”. Pero yo os digo: “El perdón requiere de gran valentía y es la gran expresión del amor”.
El mundo os dice: “Los pobres y mendigos ensucian la ciudad”. Pero yo os digo: “Los pobres son la riqueza de la Iglesia”.
El mundo os dice: “Los malos no merecen ser amados”. Pero yo os digo: “los malos también pueden ser buenos y algún día haré fiesta por su conversión”.
¿A quién quieres escuchar? Tienes muchas opciones. O escuchas lo que dice el mundo o lo que digo yo. O vives según el mundo o vives según mis criterios. Lo que no me gustaría es que pretendas vivir todo a medias. Quien cabalga sobre dos caballos termina entre las patas.




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